Ser sacerdote es estar comprometido con la fe, el amor y la esperanza. Realmente ahora se viven especialmente tiempos convulsos y hoy entrevistamos a DÂș Fernando Arregui, sacerdote, canonista y que en la actualidad se encuentra en el Tribunal Interdiocesano de Segunda Instancia de Zaragoza pero que ahora ha sido convocado al Vaticano para apoyar en diferentes labores y asesorar al Papado.
El arte es la mĂĄs bella voz, donde cada Alma, transmite vida, fuerza y valor, es aquĂ donde estĂĄ impregnada aquella inmortalidad del ser, con presente resplandeciente que denuncia las tinieblas e injusticia en el corazĂłn de nuestra humanidad. Asimismo, se transforma en grito de diversos pueblos, culturas y naciones que enaltecen orgullosamente su riqueza, diversidad cultural como estilo de vida. Esta grandiosidad es percibida, expresada de forma distinta en cada individuo al ser este un mundo infinito en emociones, pensamientos como actitudes.
El lenguaje universal de la muÌsica llena los vaciÌos maÌs emocionales del silencio. Sin palabras, expresa todo lo que a veces ellas no pueden transmitir, se adentra en el alma, dejando siempre una huella imborrable en el corazoÌn. Solo ella puede reunir y abrazar diferentes culturas en un mismo sentimiento. Es pura y maÌgica. Sensible y espiritual. Ya deciÌa AaroÌn Copland, compositor estadounidense: Detener el flujo de la muÌsica seriÌa como detener el tiempo en siÌ mismo increiÌble e inconcebible.