Ese ruido resonante de tu silencio
hueco apacible
llanto eterno
grito insondable
abate mis pasos
Ese susurro de quietud
golpea mi llanto
como canto de sirena
en alta mar
Ese llanto eterno
de tu ausencia
respira en mis latidos
no aletea
no palpita
solo sostiene mi voz
en tu desabrigada canción
Visité tu mirada temblorosa
en la angustia de mi suelo
Frené la angustia de perderte
susurrándote
Cómo renaces en mi hoguera
El cielo brotó en mi mirada
Me entregó el manjar de los dioses
Recorrí lentamente por tu hastío
Embebí tu herida longeva
Nadie visita tu hoguera
Nadie acaricia tu mano
Nadie sostiene tus quimeras
Enjugué tu aire con savia de tu tierra