Refúgiate en las andanzas de mi piel
Serás acogido como tierra floresta
o campo por espigar
Rociaremos vendavales
de gemidos desconocidos
por nuestros cuerpos
hasta alcanzar la conjugación perfecta
de tu voz
Conforme a su voluntad
caminé desabrigada de soplo propio
revestida de galones ancestrales
mi canto destronado
no retoñaba soles
ni pregonaba aires redentores...
Breves apuntes: Territorio y Memoria en Des(atar) de Mayra R. Encarnación
Faulkner, García Márquez, Juan Carlos Onetti y Juan Rulfo crearon lugares de ficción que hoy son considerados como territorios míticos y se hace referencias a ellos para el explicar (o reafirmar) el comportamiento humano. A esa lista de autores hay que añadir a Cabrera Infante con sus historias nocturnas que ocurren en La Habana, Cuba. Además, Marcio Veloz Maggiolo creó Villa Francisca, un microcosmo donde se dilucidan los entresijos de la Era Trujillo.
Ella vendía su amor impuro en las calles. Necesitaba borrar la huella del tío, el abuelo y el padre. En cada encuentro sexual vengaba el rastro del dolor… Cuando finalizaba el recorrido nocturno, encendía una fogata en la parte trasera de su patio y quemaba la ropa. Mientras se desnudaba, repetía como un mantra: “Desarticulo todo tacto, apropiación o violación a mi ser. Convierto en cenizas la voluntad de poseer bajo el sello del dominio”.
Fotografías: Javier Martínez
Textos: Mayra R. Encarnación
“Enjuga la fiebre del viento
en el ocaso de nuestros pasos”.
“Suspiro tu sonrisa
en la búsqueda perpetua
de tu sensación primera.
Descubro el océano de tu indiferencia”.
“No sé cómo recorrerte
ni cómo aclamarte
solo soy la guarida navegante
de tu palpitación...
Subo a la barca
asediada por ortigas y enredaderas
Respiro la enramada
los riachuelos
Inhalo el sabor a quietud
Despisto tu ausencia
con el consumo del viento...
Cuando por fin nos encontramos en aquel Café Valdez y comenzamos a degustar, él su primer tinto americano y yo un late aderezado con canela molida, soltó sin mayores filtros esta historia, entre otras tanta que atesora y trae guardadas desde el orto del convulso s. XXI, allá en los inexpugnables calabozos de su memoria.
Historia que, desde luego, por seguridad nacional y personal de aquel egregio exfuncionario, también, de mi pellejo, hice objeto del pincel de la transfiguración literaria subcontinental para compartirla con ustedes y las futuras generaciones lectoras, de haberlas...