Las palabras son un reflejo de lo que sentimos, nos hacen. Hoy tengo el placer de conversar y explorar el universo creativo de una voz que maneja con precisión la palabra escrita y el sonido. Me acompaña Ana Cecilia ChÔvez Zavalaga, poeta, escritora peruana, directora de radio, que nuevamente nos sorprende en su función como conductora de pódcast. Ella nos presenta su obra mÔs reciente, el poemario «Sensaciones».
En sus respectivos hogares y en casas diferentes pero vecinas, durante toda la vida, desde niƱos, Adalberto y Eleonora vivieron en esa empinada y sesgada vĆa corta de una cuadra larga. Cuando lotearon la inmensa finca Bello Horizonte, por sus vistas privilegiadas en ese entonces, y la convirtieron en el barrio popular donde sus primeros habitantes fueron trabajadores de la Empresa Capital de Servicios de Aseo, por ahĆ bajaba un impetuoso arroyo que en invierno lo inundaba todo y amenazaba la estabilidad de las cimentaciones, las vĆas y la megaempresa ladrillera, pocas cuadras abajo.
āCaracol, caracol, saca tus cuernos y verĆ”s el solā, eso le decĆa hoy yo a un caracol que decidĆ salvar de una muerte segura y llevĆ”rmelo a casa para mi entretenimiento; pero ahĆ estĆ”, metido en su cueva como los niƱos, sin asomar un cuerno siquiera.
Una vez mÔs la ambición desaforada, ”sin fondo!, de unos pocos que lo tienen todo, sin que ni siquiera el todo les sea suficiente, desarropa una de las tres mayores ferocidades humanas: su proclividad marginal individual autodestructiva.