Estar en el lugar indicado y con las personas idóneas es subir un peldaño hacia la cima de propósitos y objetivos que vamos trazando a lo largo de nuestra existencia. Cuando fui invitada a participar como columnista en Revista Latina N.C. me llené de orgullo y satisfacción, porque mis letras tendrían un escaparate más amplio para ser leídas por la comunidad hispana y por la trascendencia de mi camino incipiente como escritora, pero jamás imaginé el cobijo, fraternidad y amor que encontraría en sus dirigentes, Edgar Bernal y Citlali Ceballos, fundadores de Revista Latina. Ellos fueron expandiendo mi universo de investigación y participación; primeramente, convidándome a realizar entrevistas a grandes personalidades dentro del ámbito de la escritura como Fernanda Melchor, Silvia Moreno García, el cineasta guatemalteco y luchador social Luis Argueta, entre otros, además de traducir y publicar mis aportaciones, tanto en español como en inglés.
Seguidamente, fui convidada a escribir vida y obra del pintor michoacano Cornelio Campos, dándonos cita virtual semanal, para dialogar y tomar nota de su biografía. Fueron dos años de intenso trabajo, investigación y revisión de avances, que nos permitieron estrechar lazos de amistad e ir conociendo el impacto y trascendencia que la comunidad latina tiene en Estados Unidos de América, específicamente en Carolina del Norte.
La biografía de Cornelio Campos es una muestra fehaciente de lo que se puede lograr con trabajo, dedicación y perseverancia, porque él dejó México y emigró muy joven al país de los sueños, careciendo de documentos y narrando las penurias a las que se enfrenta una persona ilegal, se desempeñó en varios trabajos, hasta que volvió a experimentar esa necesidad imperiosa que tiene el artista de manifestarse, aflorando en su pincel y color, el orgullo de ser partícipe de dos culturas.
Su historia, como la de muchos otros indocumentados, presenta similitudes con quienes hemos vivido esta aventura y tenemos la suerte de contarla, sin embargo, el enfoque principal buscado por los gestores de este libro, es el mensaje implícito de que jamás debemos de abandonar los sueños, que, aun encontrando dificultades y tropiezos en el camino, siempre habrá una luz que guie los pasos a seguir.
Otro de los enfoques, da razón del orgullo de nuestra nacionalidad, no olvidar la cuna, tradiciones, usos y costumbres que dan fe y testimonio de quiénes somos, el sentido de pertenencia e identidad que nos permite reconocer nuestra gente, cultura, sabores y fiestas, haciendo comunidad dentro y fuera de este entorno que nos vio nacer.
En las páginas del libro “El arte, espejo de un inmigrante. Historia de Cornelio Campos”, se plasma una línea del tiempo, desde su nacimiento en Cherán, Michoacán, su niñez, adolescencia y los sueños y amor que lo cobijaron, así como la riqueza, valor y aporte del entorno familiar y comunitario, que son parte medular de la formación de su personalidad.
Cada página captura la esencia misma de su vivir, su pasión temprana por el arte, el adormecimiento de sus sueños y el despertar imperioso que lo llevó a plasmar en cuadros y murales la herencia ancestral y riqueza de su pueblo, donde la flora, fauna y símbolos representativos del folclore mexicano, se mezclan y entrelazan con imágenes que dan cuenta de esa fusión de culturas.
“Reconozco y quiero hacer patente que la inmigración es producto de la necesidad, espero seguir atrapando en lienzos y murales esas vivencias, abrir canales perceptivos para escuchar lo inaudible, para apreciar lo invisible, y describir con imágenes y colores, los sueños e historias compartidas”.
Crea una cuenta
¡Bienvenido! registrarse para una cuenta
Se te ha enviado una contraseña por correo electrónico.
Recuperación de contraseña
Recupera tu contraseña
Se te ha enviado una contraseña por correo electrónico.
Una vida para contar
- Advertisement -