Ser sacerdote es estar comprometido con la fe, el amor y la esperanza. Realmente ahora se viven especialmente tiempos convulsos y hoy entrevistamos a DÂș Fernando Arregui, sacerdote, canonista y que en la actualidad se encuentra en el Tribunal Interdiocesano de Segunda Instancia de Zaragoza pero que ahora ha sido convocado al Vaticano para apoyar en diferentes labores y asesorar al Papado.
Partiendo del sentido individual, familiar y comunitario de pertenencia, nexo invisible que une a las generaciones con la tierra que les vio nacer o crecer, de esos hilos intangibles que se van tejiendo entre los habitantes y terruño de un contexto determinado, ya sea por las memorias compartidas, los diĂĄlogos ocasionales, archivos, fotografĂas, museos histĂłricos, pero sobre todo, por las experiencias anidadas en el corazĂłn, que van buscando un hueco en el pensamiento, y ahĂ subyacen, hasta que emergen cual fotografĂa que pasa por un proceso de revelado y la imagen empieza a cobrar vida; o en su defecto, cual si fueran flashazos de luz momentĂĄnea, permitiendo que la retina del ojo capte la esencia del momento, la arraigue en la conciencia, cual radiografĂa nĂtida que espera la visiĂłn del experto para emitir diagnĂłsticos y otorgar significados.
Parece un sueño
pero todo es tan real
cuando la vida se siente libre
y suelta en la costa.
y las olas del mar resuenan desde lejos
canciones mĂĄgicas que transportan
la vida da paz al mundo
esencia de placer, amor, pasiĂłn...
Desde mi camilla observaba al viejo mirar a su hijo postrado en aquella cama de hospital. Las blancas paredes parecĂan perforar sus pupilas, al lado de una ventana colgaba un crucifijo de madera. Su dolor se fundĂa con el Cristo y cayendo de rodillas mientras sostenĂa la mano de su vĂĄstago, comenzĂł a rezar prometiendo no mentir el resto de sus dĂas si su hijo sanaba...