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Saturday, December 21, 2024

Fragmentos de experiencias

Tienes que leer

Jota, el gato

“Doña Soledad”

Maria del Refugio Sandoval Olivas
Hgo del Parral, Chihuahua, México La pasión por escribir se manifestó desde su juventud, consolidando su primer encuentro formal, con su participación en el año 2002 en Historias de Migrantes, en el 2007, responde a    convocatoria emitida por la SEP y su historia de vida docente es seleccionada en la antología“Huellas en el tiempo”. En el 2009 publica el libro autobiográfico “Anhelos, sueños y esperanzas”, en el 2011 “Una Rosa sin Espinas”, 2013 es antologada en “Experiencias directivas exitosas”, 2015 y 2016 antologada en “Monografía de Competencias docentes”, convocadas por ENSECH; colaboradora en el Diseño de guías estatales para trabajar los Consejos Técnicos Escolares, autora de varias ponencias publicadas digitalmente,  como “Oralidad de la Lengua” en Argentina,  asistente y ponente en Congresos Educativos, dictaminadora del Congreso Nacional de Investigación Educativa, cuento “Dulce” publicado en 2018,  “Suspiros rotos” poemario publicado en 2019, cuentito “La navidad y yo” 2019; además,  es editorialista semanal en el periódico “El Sol de Parral”. Jubilada de SEP en el 2017 sigue aportando al sector educativo como: tallerista para padres de familia, docentes, alumnos y público en general. Conferencista en distintos niveles educativos en el estado de Chihuahua. Participante activa en los “Encuentros de escritores parralenses” Cuenta cuentos en preescolar y primaria. Practica el cachibol, en la Delegación de jubilados y pensionados DIV2 Socia activa de la Benémerita y Centenaria “Sociedad Mutualista Miguel Hidalgo”

Si pudiéramos escribir los hechos más relevantes que acontecen día a día, sería un compendio de experiencias que no solo se compartirían con los posibles lectores, sino que son un asomo introspectivo al alma de quien lo escribe; porque volver a revivir esos mágicos momentos, escritos bajo la óptica de distintas emociones que en esos instantes bañaron corazón y pensamiento, permitieron aflorar la concatenación y rescate de palabras precisas para describirlas.

La magia ocurre a nuestro alrededor desde el mismo momento de la concepción, viene ataviada en los procesos del desarrollo, nacimiento y las implicaciones que conlleva crecer en determinado núcleo familiar y contexto, así como las circunstancias genéticas, emocionales, sociales y económicas que actúan como factores atenuantes y disparadores de carácter y personalidad.

Bajo esa premisa en mente y segura de que las personas idóneas van llegando en los momentos clave a formar parte de nuestra vida, convirtiéndose en causalidad de lo que aquí se describe.

Soy escritora por pasión y convicción, no por esto, alejada de los procesos de formación formal literaria, tales como: talleres, cursos diplomados y una inmersión profunda en la lectura, plataforma que sustenta el desarrollo de la palabra, conformando esos tarimas donde transitan los distintos géneros literarios, con un andamiaje propiciado por escritores más diestros, que van abriendo brechas para visualizar otros senderos, hasta encontrar el camino propio, con luz y voz, que deja escuchar su mensaje a la comunidad.

Revista Latina se convierte en esa ventana de proyección, donde no solo se aporta, sino se crece leyendo, investigando, comentando y conociendo lo que sucede alrededor de la comunidad latina e hispana. Sus fundadores, Edgar Bernal y Citlalitl Ceballos, llegan a la comunidad de Carolina del Norte, rescatando problemáticas y situaciones comunes de la gente de su alrededor. Su formación universitaria y ojo visor de investigación, les muestra que hay un largo camino por recorrer, visualizando la necesidad de crear un espacio virtual donde la misma gente se convierte en protagonista, en comunicadores, ayudándolos a rescatar esas leyendas, tradiciones y cultura de sus países de origen, para propiciar un encuentro con su identidad y aculturación, así como el fomento de incidir en las nuevas generaciones, al reconocer la riqueza que entraña el idioma y dialectos de sus ancestros, entre las muchas bondades de su lejana patria.

De esa manera, fui convidada a participar en este espacio virtual, primeramente, con mis textos literarios, después, investigando y aportando sobre personajes latinos que han influido en la cultura de Estados Unidos, rescatando sus orígenes, luchas, tropiezos y logros obtenidos tras la perseverancia, trabajo y dedicación.

El nombre de Cornelio Campos no me era familiar, tampoco su arte e historia particular y comunitaria, de tal manera, el ser convidada a escribir su biografía, fue todo un reto que acepté con orgullo y mucho agradecimiento.

En la medida en que las reuniones virtuales se fueron haciendo más constantes, se abrieron puertas y canales de investigación, propiciando una cercanía con los personajes, admirando su esencia campirana y un estado de la república mexicana, pletórico de colorido y herencia folclórica cultural, que aún, no había tenido la suerte de conocer.

Fue en este devenir constante, donde se tejieron lazos de unión y fraternidad, tanto con Edgar, Citlalitl y Cornelio, como con los contextos y personajes citados en el texto. Se utilizó la pintura “Realidad Norteña” para la portada y se inició el proceso de maquetación y edición hasta llegar al sueño de todo escritor: la presentación del libro.

Tomé el vuelo hasta Carolina del Norte, con las emociones a flor de piel, por un lado, conocería personalmente a mis amigos y por otro, esperando que el texto tuviera el cobijo y aceptación del público. Sin lugar a dudas, la coordinación y trabajo colaborativo fueron factores determinantes para ambas presentaciones, la primera, se llevó a cabo en la Universidad de Duke, con gran entusiasmo constatamos la presencia de catedráticos y alumnos, quienes se encargaron del refrigerio, presentación, traducción y desarrollo del evento. Al final del mismo, tuvimos la firma de libros.

La segunda, se efectuó en el Consulado de Raleigh, con una trasmisión de Facebook en vivo, donde la propia Cónsul de México, coordinó las preguntas y participación de Edgar, Cornelio y su servidora, como del público que tuvo a bien acompañarnos en el momento preciso y en diferido.

La anfitrionía quedó de manifiesto; pude conocer el museo de historia de la ciudad de Raleigh, donde se exhibe una cómoda o chifonier con una breve reseña del motivo captado en la obra pintada por el autor; acudimos, además, a recrear la pupila en algunos de los murales que se encuentran por las calles y edificios de Duke, por supuesto, que también tienen la firma y enfoque de Cornelio. En ambos días, disfrutamos de la gastronomía que ofrecen algunos restaurantes del lugar.

En medio de ese alborozo, se llegó el momento de volver a casa, mi equipaje venía cargando un corazón lleno de júbilo, mi mente, con un aprendizaje ampliado y enfocando nuevos proyectos, mi alma cubierta de satisfacción y agradecimiento por las muestras de afecto recibidas.

Estoy segura de que el libro: “El arte, espejo de un inmigrante. Historia de Cornelio Campos” ha iniciado ya su cometido, volar hasta otros espacios, llegar a los hogares que decidan adoptarlo, identificarse con los elementos comunes que compartimos como seres humanos, visualizar las diferencias, hacer conciencia de las múltiples dificultades que se enfrentan al inmigrar hacia otros países y culturas, aprender a fusionar la riqueza cultural de ambas y siempre sentirse orgulloso de sus raíces, de su gente y de su pueblo; jamás desistir de seguir los sueños, de aprender y compartir.

 

Libro disponible en: revistalatina.com

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