En estos años de escritora me han propuesto la realización de algunas biografías, y yo siempre me he negado. Lo sé, es un honor que alguien confíe en ti para relatar su vida, pero es que una biografía no se compone únicamente de datos, para eso buscas en Wikipedia; una biografía debe captar esos momentos de felicidad de una infancia en la que la vida se ve desde otros puntos de vista, las biografías deben contener esa emotividad y melancolía que solo sintió el autor en ese instante.
Me enviaron un libro hace poco en el que se recogía todo eso, un libro lleno de humildad, sencillez, hermosos recuerdos y algunos puntos de humor que te sacaban alguna que otra sonrisa; estoy hablando de “El arte, espejo de un inmigrante, Historia de Cornelio Campos”.
Su autora; María del Refugio Sandoval Olivas, ha realizado un excelente trabajo con esta biografía que te transporta a la vida del pintor Cornelio Campos desde su infancia hasta la actualidad.
Me han encantado las fotografías con las que ilustra la obra, desde hacía muchos años no veía ilustraciones entre las páginas de una biografía, y he de decir que me han resultado enternecedoras.
En esta obra podemos ver discretamente una crítica a la sociedad, una sociedad que se rige por la apariencia, y que te miran diferente según la ropa que llevas, porque, no nos engañemos, todo en esta vida es postureo y apariencia, hasta el mismo protagonista de la historia se sentía más empoderado cuando se vestía de nuevo. Pero esto es un simple hilito que tira poco a poco para que el lector se de cuenta de la superficialidad de la gente que se cree mejor por distintos motivos, la diferencia de clases siempre estará ahí.
Pero lo que me ha gustado es la felicidad con la que Cornelio relata su infancia y su vida a pesar de haber tenido que saltar piedras en el camino, porque el lector cuando lee su biografía considera que no ha sido fácil y que puede considerarse un ejemplo de superación. Ya uno de sus familiares, comentó que sería importante en la vida, ya que venía con la corbata puesta, este comentario me hizo mucha gracia, la similitud entre el cordón umbilical y una corbata, os puede dar una idea de lo positiva que se puede considerar esta obra, y es que hay gente que, aunque el día esté lluvioso y nublado, aprovechan para bailar bajo la lluvia y mirar al cielo dando gracias por esas gotas de agua tan necesarias en nuestros días.
Hay gente que llora por no haber podido cumplir sus sueños y otras, que luchan por cumplirlos cueste lo que cueste. Cornelio es de los segundos, porque, aunque fuese ligero de equipaje, en su memoria siempre llevaba grabado el arte, esas hermosas técnicas que más adelante tendría la oportunidad de desarrollar.
Una hermosa obra que recomiendo a todos aquellos que deseen aprender como la humildad y la lucha por un sueño, pueden llegar a hacerse realidad.
Disponible en Revista Latina.
