México, es el decimotercero país más extenso del mundo y el tercero en América latina. Está situado en la parte meridional de América del Norte, colindando al norte con Estados Unidos, al sur, con Belice y Guatemala, al oriente con el Golfo de México y el Mar Caribe y al poniente con el Océano Pacífico. Fronteras geográficas, que, por un lado, abren brechas de oportunidades para atraer al turismo por la belleza geográfica de sus distintos ecosistemas y entornos naturales, tales como la belleza de sus playas, bosques, selvas, desiertos, montañas, arropados con la peculiaridad de su flora y fauna.
La discriminación y violencia en contra de las mujeres ha utilizado distintas vestiduras a través del tiempo. En pleno siglo XXI, en algunos países sigue imperando la más cruel y desgarradora inequidad e injusticia en su contra. En nombre de las leyes que rigen esas sociedades, la violencia, el maltrato y el atropello es una imperante que se perfila desde el vestir, hablar, actuar e inserción en la vida pública y en la toma de decisiones.
México, es un país pletórico de cultura, tradiciones y festividades que se realizan a lo largo del año; destaca entre estas, la de todos los santos y el de los santos difuntos, que se celebran el 1º y 2º de noviembre. Estas conmemoraciones se han ido reconociendo a nivel mundial, por la fuerza de simbolismos, imágenes y participación colectiva; hay música, flores, oraciones, comida, baile, representaciones, altares, veladoras, incienso, y muchos elementos más que encierran un significado propio; aunado a la comercialización que se ha incrementado, donde los músicos, floristas, puestos de comida y bebida, y otros vendedores, aprovechan la conglomeración masiva de personas para ofrecer sus productos.
Es un libro pequeño de bolsillo que guarda en sus páginas la grandeza que solo los corazones y el amor pueden atesorar. Cuento: La niña que creía en la Navidad
Aquel certamen era como el queso artesanal, el hecho a mano a partir de experticia campesina y recetas ancestrales. Era un producto original que hablaba de la satisfacción y del esmero de sus ignotos productores para que su sabor, aunque complejo, así como su forma caprichosa y olor singular que solo el tiempo le daba, cautivara la pupila, el paladar y la mente del lejano y desprevenido consumidor al abrir las hojas que contenía tal literario manjar y que, al interiorizarlo, además del disfrute a plenitud que le producía, le ponía alas a su imaginación.