Se sincero, equitativo,
real y autentico,
firme en tus convicciones,
no una veleta al viento.
Trabaja en la construcción de tu ser,
en la formación del carácter
y el crecimiento del espíritu
siempre con actitud positiva,
independientemente
del temperamento heredado
o las vivencias familiares.
Respeta a la naturaleza,
se solidario y compasivo,
en la medida de lo posible,
ayuda a todos los seres.
Ten claro tus principios
y obra en consecuencia,
no seas igual que el humo
que en aire se disipa.
No juzgues a los demás
sin estar en sus zapatos,
no te auto- declares
juez, jurado y verdugo.
A pesar de lo difícil, trata
de alejar el odio y los rencores,
pues ellos te roban la paz,
llenan de amargura el alma,
y te vuelven un ser oscuro.