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Thursday, November 21, 2024

El Mirador

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Franklin Ayende Ortiz
Franklin Ayende y Ortiz mejor conocido como El poeta Errante (Juigalpa, Chontales, Nicaragua, 13 de diciembre de 1996). Educador, escritor, poeta, ensayista, gestor y promotor cultural internacional.Es maestro de Educación Primaria graduado en la Escuela Normal Regional "Gregorio Aguilar Barea" Chontales. Además, realizó estudios Técnicos en Gestión de Recursos Humanos en el Tecnológico Nacional INATEC "Josefa Toledo de Aguirre" y es estudiante de Lengua y Literatura Hispánica en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua UNAN- CUR- Chontales. Actualmente trabaja como docente de Educación Primaria Multigrado en el Centro Escolar Salmo 91 El Rama, es cofundador y presidente honorífico del Movimiento de poesía, Arte e Historia Gregorio Aguilar Barea. Sede Juigalpa Chontales, miembro correspondiente de la Asociación Hispanoamericana "Francisca del Sánchez del pozo" sede en Viena Austria. Su trabajo literario abarca poesía, microrrelatos y ensayos educativos, su poesía ha sido publicada en Revistas literarias de Perú, Cuba, Chile,Venezuela y Argentina. Ganador del primer lugar de poesía Ambiental a nivel Departamental, del Instituto Nacional Forestal (INAFOR-Chontales 2022). Segundo lugar en investigación educativa en la XLI de la jornada Universitaria de desarrollo científico JUDC (UNAN_CUR_Chontales 2023). Ha prologado obras de poetas nacionales entre ellos a Scarleth Vanessa Álvarez de Managua y al poeta Jinotegano Marvin Antonio Tercero, entre otros.

Se suspendieron las luces, el alumbrado público había caducado, el mirador estaba a oscura insistí en terminar lo que escribía, encendí el celular, tomé mi bolígrafo y comencé a escribir.
Las estrellas me iluminaban parecía una obra de teatro – me cago en la puta – dije en un segundo de pánico, pensé esta es otra idea tonta producida por la esquizofrenia o el demonio de Allan Ginsberg que quiere que recite poemas o alguna oda obscena de secundaria.
A las 9:30 pm el guardia de seguridad lanzó un grito: ¡Dios Santo ayúdame! – me levanté rápidamente para ir a ver lo que sucedía; mientras eso pasaba me susurraba una voz fría detrás de mi espalda: – Detente no vayas aún no es tu día “- ¡joder! – dije inmediatamente – ¿qué quieres que haga por mí? -nada -me respondió, -has algo por ti, toma tus libros, fúmate el habano que traes en el bolso y lárgate, María te espera en la casa de los poetas.

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