En sus respectivos hogares y en casas diferentes pero vecinas, durante toda la vida, desde niños, Adalberto y Eleonora vivieron en esa empinada y sesgada vĂa corta de una cuadra larga. Cuando lotearon la inmensa finca Bello Horizonte, por sus vistas privilegiadas en ese entonces, y la convirtieron en el barrio popular donde sus primeros habitantes fueron trabajadores de la Empresa Capital de Servicios de Aseo, por ahĂ bajaba un impetuoso arroyo que en invierno lo inundaba todo y amenazaba la estabilidad de las cimentaciones, las vĂas y la megaempresa ladrillera, pocas cuadras abajo.
Una vez mĂ¡s la ambiciĂ³n desaforada, ¡sin fondo!, de unos pocos que lo tienen todo, sin que ni siquiera el todo les sea suficiente, desarropa una de las tres mayores ferocidades humanas: su proclividad marginal individual autodestructiva.
‘La sociedad de la mentira’ es una historia de ficciĂ³n social, razĂ³n por la cual, cualquier coincidencia o parecido con la realidad no dejarĂ¡ de ser mĂ¡s que una mera casualidad o un resbaloso capricho de la imaginaciĂ³n macondiana del respectivo lector.
El realismo mĂ¡gico podrĂa tener diversidad de conceptos como cruces de caminos y riscos puede uno toparse en las montañas de la literatura universal, con mayor razĂ³n cuando se camina con alpargatas raĂdas o hasta descalzo.