Hace pocos meses, tuve la oportunidad de asistir a un gran evento donde Gabriel Moreno recitaba algunos de sus versos, y una vez más, hacía partícipe a un público devoto y entregado, de su gran talento como cantautor, deleitándonos con muchas de sus magníficas composiciones.
La música y la poesía van a la par, aunque se manifiestan en distintas dimensiones. En ambas disciplinas el mismo ritmo de la palabra va reconstruyendo el origen. ¿Cómo descubrimos lo que nos dice esa diminuta, pero sustancial notación en el pentagrama y/o cuaderno de escritura? Es totalmente un misterio, lo que más importa es atreverse a escribir, cantar o crear. La intuición es la que marca la cadencia de los acontecimientos, la pasión verdadera y la entrega hacia lo que uno ama hacer. Al final de cuentas andamos y desandamos el mismo ritmo que nos construye para ser diferentes del ayer y cimentar otros caminos en el presente.
Me enfoqué en escribir algo sobre lo que vivíamos quería expresar un poco de mi inconformidad hacia las personas que no seguían las indicaciones y las peripecias que ocurrían en esa "nueva normalidad". De ahí surge Hijo del Maiz.El material cuenta con dos canciones: Vivir sin tí e Hijo del Maiz -cabe resaltar que en la expresión no se utiliza la tilde y suena más como: iiijo del maiz o jijo del maiz. Dicho término en ocasiones se utiliza en México para denostar una sensación de malestar o preocupación -según el contexto-.
El campamento de verano de Latin American School ofrece una experiencia inmersiva donde los estudiantes pueden involucrarse profundamente con las culturas de América Latina. Al apoyar becas, los donantes permiten a los estudiantes explorar el rico tapiz de tradiciones, idiomas e historias, ayudándolos a convertirse en ciudadanos globales en un mundo cada vez más interconectado.