En esta fiesta global, el eco de la justicia retumba con fuerza, disipando los estruendos de las guerras y envolviendo el mundo en un silencio sagrado, donde la paz se convierte en la única melodía digna de ser escuchada. Porque en este universo de sonidos unidos, proteger y preservar el tesoro más grande de la humanidad, nuestros niños y niñas, se convierte en la sinfonía más sublime que podemos componer juntos. Acompáñanos en este viaje poético donde la música de la justicia nos invita a bailar al ritmo de un futuro más brillante y esperanzador para todos.