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Sunday, August 31, 2025
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Wilson Rogelio Enciso

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Wilson Rogelio Enciso (Chaguaní, Colombia, 15 de julio de 1958), profesional en Ciencias Políticas y Administrativas (Administrador público), posgraduado en Administración de la Planeación Urbana y Regional y diplomado en: Lotus Notes – Learnig Space (Educación Virtual), Docencia Universitaria, Educación a distancia y en Planeación Estratégica. Funcionario del Estado colombiano de 1978 a 2015. Ocupó cargos profesionales en investigaciones administrativas, asesoría, auditoría, control interno público y en gestión de proyectos de inversión. Docente universitario de 1989 a 2012 en: Universidad Antonio Nariño (UAN), Universidad Central, Escuela de Administración de Negocios (EAN), Universidad Santo Tomás (USTA), en el Instituto Militar Aeronáutico (Escuela de Posgrados de la FAC), donde recibió el título de Profesor Emérito, así como en otras instituciones de educación superior del Ejército Nacional de Colombia. Obras publicadas Novelas La iluminada muerte de Marco Aurelio Mancipe, 2016. Con derrotero incierto, 2017. Enfermos del alma, 2018. El frío del olvido, 2019. Matarratón, 2021. El valle de las apariciones – Novela Coral, 2022. Berenice, una mujer feliz, 2022. Sin afán ni olvido, 2023. Historias guardadas, 2023. ENTROPÍA, 2024. La sociedad de la mentira, 2025. Narraciones e historias cortas Amé en silencio, y en silencio muero, narraciones románticas, 2017. Canto Planetario – hermandad en la Tierra, 2023, participante. Relatos subcontinentales imperfectos, 2024. Momentos idos, Narraciones románticas II, 2025 Relatos y cuentos en Revista Latina NC (USA), Revista One Stop (España), Revista Guka (Argentina) y en redes. Gestor de la iniciativa literaria ‘Una novela para cada escuela’, con la cual incentiva la lectura en la juventud. Lleva donados casi doscientos ejemplares de sus obras en Colombia, Estados Unidos, México, Nicaragua, Costa Rica, República Dominicana, España y Argentina. Algunas figuraciones: IV y V Premio Mundial “César Vallejo”, modalidad de literatura, 2023 y 2024; International Latino Book Awards, en la categoría Mejor Novela de Ficción en español, por la novela 'La iluminada muerte de Marco Aurelio Mancipe', Los Ángeles, California, 2019, 2do lugar; Séptimo Premio de MICRORRELATOS REVISTA GUKA 2019 y mención especial en MICRORRELATOS REVISTA GUKA 2020, Buenos Aires, Argentina. Página: wrenciso.com

Poda de capullos

La poda de capullos, de brotes que crecen hacia afuera o con características parasitarias, así como de flores y ramificaciones avejentas o enfermas se hace para favorecer la floración, crecimiento y, en general, la salud de las plantas. Además de prevenir enfermedades, se busca garantizar que sus siguientes retoños, flores y frutos tengan mayor energía, crezcan saludables, duren y produzcan más y mejor.

Una historia guardada

Hace algo más de media centuria, en pleno centro de Bogotá, en un triángulo formado entre la carrera 9° con calle 17 (la oficina del maestro), la carrera 13 con calle 14 (la emisora Radio Santafé) y la calle 17 con la misma carrera 13 (la pastelería Tony), fui testigo exclusivo: vi, sentí y disfruté varios momentos cuando el maestro José Alejandro Morales López estaba componiendo la canción: Me volví viejo.

Momentos idos*

Niñez, juventud y madurez pasaron veloces por su vera. Nunca pudo hacer con ella esa soñada visita placentera. Cómo imaginarse entonces que, en esas etapas mágicas, vividas de prisa y sin apreciarlas ni un tantito, como ahora lo hacía, un poco tarde, lo reconocía, pese a todo fue feliz, ¡muy feliz! Lo hizo con el vigor y el ímpetu del alcaraván llanero en celo, sin percatarse de la importancia que cada una de estas tenía. Qué iba a pensar que aquellos maravillosos días de derroches desbocados, locuras, algarabías y sueños infundados, poco a poco absorbidos por agobiantes faenas laborales, tan solo en el recuerdo, ¡cada vez más difuso y esquivo!, quedarían.

La carrera 2 bis

En sus respectivos hogares y en casas diferentes pero vecinas, durante toda la vida, desde niños, Adalberto y Eleonora vivieron en esa empinada y sesgada vía corta de una cuadra larga. Cuando lotearon la inmensa finca Bello Horizonte, por sus vistas privilegiadas en ese entonces, y la convirtieron en el barrio popular donde sus primeros habitantes fueron trabajadores de la Empresa Capital de Servicios de Aseo, por ahí bajaba un impetuoso arroyo que en invierno lo inundaba todo y amenazaba la estabilidad de las cimentaciones, las vías y la megaempresa ladrillera, pocas cuadras abajo.

¡DEJEN QUIETO EL MAPA, SEÑORES!

Una vez más la ambición desaforada, ¡sin fondo!, de unos pocos que lo tienen todo, sin que ni siquiera el todo les sea suficiente, desarropa una de las tres mayores ferocidades humanas: su proclividad marginal individual autodestructiva.

Gobierno del cambio desde la tribuna de gorriones

Mi preferencia por el equipo albirrojo se dio por variables casuales y ambiguas circunstancias sociales propias de aquel entonces. Corría el amanecer de los años setenta y recién había llegado de mi pueblo del alma en calidad de desplazado social. Entiéndase esta expresión como la visión que mi madre tuvo en cuenta para evitarnos que nosotros, sus hijos, siguiésemos las sendas que ella y la abuela enfrentaron, con carencias y dificultades socioeconómicas por doquiera...

La brisa del este

Sentado en la banca del parque, como lo hizo a su lado al ennoviarse y hasta ir envejeciendo, Misael Mauricio miraba por sobre unos...

Realismo mágico y nostalgia social

El realismo mágico podría tener diversidad de conceptos como cruces de caminos y riscos puede uno toparse en las montañas de la literatura universal, con mayor razón cuando se camina con alpargatas raídas o hasta descalzo.

Chaguaní del alma

Cómo olvidar, Chaguaní del alma, ese inconfundible y exquisito sabor a mango maduro… esos de color entre amarillo amanecer y naranja de arrebol que colgaban, insinuantes y provocativos, de las ramas sobre la polvorienta carretera; allá, entre los cafetales de Corinto, camino a Las Sardinas… Fruta tentadora que cogerla, morderla, devorarla y correr para que Campo Elías Rivera no nos echara los perros era una aventura imposible de evitar, en ese entonces de lúdica e inquieta niñez, añorada hoy, cuando el atardecer aminora el paso y ahoga el aliento.

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