Millones de hojas caen sobre mí
Me acuesto sobre ellas,
tu aroma en mí,
Mí mar que se acerca en olas de ti
con los ojos cerrados, te imagino tan cerca.
Café de mi labios en tus labios te diera,
dibujas ternuras, desnudas en mí.
Y un río de sueños en cascadas llegan,
si supieras que detalles tan simples me hacen feliz.
Y aunque donde estoy, ahora todo es hielo,
mi cuerpo es lava de volcán, por ti
mi sensibilidad al rojo vivo, no disimulo, perdón soy así,
No me hago liebre en frenesí.
Quizás como soy, no haz conocido a nadie,
romántica, tierna, transparente si,
Y te cuesta sentirme, creer que existo y si,
¿Por qué de cerca no me miras a los ojos?
Permíteme rozarte con mis labios en tu nariz,
Tocar mi alma, desnudarte conmigo mirando la luna.
Acostarte a mi lado sobre la hierba, tocarnos las manos,
Senténciame a interminables besos, jugando a mordernos sin ser.
Y en juegos de miradas yo diría tantos te amo,
dejar que el viento de mis deseos a ti lleguen,
Que el son de mi cuerpo, meza suave el tuyo,
Y te juro que me vestiré de versos, me acercaré despacio.
Sin atreverme, a dejar que te apagues sin mí.
Para en deleite, quedarme tendida a tu lado,
escuchar los latidos tuyos y míos como corriendo laten.
Y derramar esta miel en ternuras
tuyas y mías que escondidas tengo,
sin tiempo, llenas de mí.