Relato literariamente ajustado que me contó mi compañero y amigo Eliberto Gerena, q.e.p.d. Otras tantas situaciones de su vida, para nada fácil, Viajan insertas en algunas novelas que por ahí ululan.
Ahora, cuando veo y me siento en esta cómoda poltrona, similar a una que tengo en la sala de mi apartamento en La Colina y a las de otras tantas de varios compañeros de aquella alborotada muchachada del 78, año aquel cuando nos conocimos, me lleno de más motivos, me convenzo y enorgullezco de la obra que cada uno de nosotros, a nuestra manera, de la nada, erigimos a lo largo de estos cuarenta y tantos años, ¡mi hermano del alma!