Antes de empezar un escrito, considero necesario activar un detonante que lance flechazos a la memoria, para luego ir categorizando y ubicando en un borrador; quizá primeramente, en forma aislada, como un proceso de ir tomando fotografías instantáneas al recuerdo, enlazarlas con las palabras precisas e ir dando forma y vida al texto que nace, esperando el cobijo que la mirada del lector pueda brindarle, para enseguida ir tomando forma, valores, conceptos y llegar hasta el lugar recóndito de su conciencia y emociones, que a su vez, van transformando las ideas presentadas al ir buscando similitudes de experiencias ante esas vivencias atrapadas en la narración.
Dentro de nuestra sociedad el ser humano cumple con diferentes roles para que ésta funcione y avance. Hay quienes se encargan del crecimiento económico, del medio ambiente, aquellos que se encargan de la producción y distribución de alimentos, de la construcción de viviendas, entre muchas más funciones que elegimos de acuerdo a nuestra vocación. Hoy quiero hablar sobre aquellos cuyas cualidades abarcan más allá de solo hacer un trabajo, ya que para esto se necesita: empatía, amor y gran espíritu de ayuda a los demás.
La visibilidad de la mujer en la ciencia es una asignatura pendiente. En este Día Internacional de la Mujer y la Niña y la Ciencia recordamos a la pionera de la biología en México.