Desde que aprendí a soñar, pienso vivir un nuevo mundo. ¡Soñar es vivir lo deseado! Más desgraciadamente, la realidad de los intereses, me hace reconocer con suma preocupación que la atención de la ciudadanía mundial, se centra en los estruendos que retumban ante los daños y consecuencias que provocan los hechos y fenómenos sociales y políticos que ocurren por las continuas y periódicas guerras; escándalos por corrupciones estatales, como el tsunami Odebrecht originado en Brasil; vivencias negras u horribles por narcotraficantes o caprichos políticos e ideológicos. “Voy bajo tempestades y tormentas, ciego de ensueño y loco de armonía. Ese es mi mal. Soñar”.
CorazoNadas es un libro de minificciones en el que el protagonista es aquel órgano latente que tenemos en el pecho. El que se parte en dos ante la tristeza o la desilusión; el que brinca emocionado con una buena noticia; el que ha sido inspiración de tantas frases, poemas y libros. CorazoNadas habla por supuesto, del corazón.
Escribir microrrelatos resulta ser un arte difícil pues no todos tienen la capacidad de, en algo tan breve, poder contar una historia, no todas las minificciones son, en palabras del poeta y dramaturgo francés, Jean Cocteau, “miniaturas gigantes”. La dificultad de escribir historias tan cortas reside en poder cautivar al lector con tan solo un par de palabras y hacerlo sentir algo. CorazoNadas lo logra.