Este año en Centroamérica estamos celebrando el bicentenario de nuestra independencia. Durante 200 años, esta región ha visto nacer a incontables personalidades. Todas ellas nos han dejado un legado extraordinario e inolvidable, especialmente en lo literario, y este, “el año del bicentenario”
Cuando por fin nos encontramos en aquel Café Valdez y comenzamos a degustar, él su primer tinto americano y yo un late aderezado con canela molida, soltó sin mayores filtros esta historia, entre otras tanta que atesora y trae guardadas desde el orto del convulso s. XXI, allá en los inexpugnables calabozos de su memoria.
Historia que, desde luego, por seguridad nacional y personal de aquel egregio exfuncionario, también, de mi pellejo, hice objeto del pincel de la transfiguración literaria subcontinental para compartirla con ustedes y las futuras generaciones lectoras, de haberlas...