Hoy puedo afirmar con triste rotundidad, la democracia ha muerto ante el espectro del autoritarismo por un lado y del populismo por otro. Existen señales inequívocas de ello. Miremos la situación en Canada, el enfrentamiento Europa – Rusia siendo el escenario de un posible conflicto de consecuencias inimaginables, la violencia masiva de Irak, Sudan, Francia, etc…