Ser artista en nuestra querida Centroamérica, es uno de los oficios más difíciles, muchas veces porque esta labor tan noble es mal remunerada o porque simplemente nos tocó estar en el lugar, el momento y el tiempo que no esperábamos. Las razones pueden ser muchas, pero ante eso es también destacable la labor que hacen aquellos que se asumen desde temprana edad y deciden ser artistas, difusores de luz y bellas imágenes. Este es el caso de la jóven hondureña Emily Lusete Alvarado Rivera.