Recurro a la escritura epistolar, porque muchas veces, no puedo expresar verbalmente tantas memorias acuñadas en el pensamiento, las cuales, considero necesario que ustedes conozcan. El tiempo pasa tan rápidamente, en un abrir y cerrar de ojos ustedes, mis pequeños hijos, salieron del nido y emprendieron su propio vuelo; esa es la rueda de la vida, mis nietos están en ese proceso continuo de desarrollo y un día también iniciaran su camino lejos del hogar...
Y la lluvia goteará sembrada de la sangre de un ser humano que fue creado desde las Raíces de su campo de cantera hasta la Tierra Prometida.
Y el sol mira al mundo eterno del espíritu que respira, una raíz de lluvia, de un ser humano.