Me encanta Disney, pero, sobre todo, me gusta su capacidad para adaptarse a los nuevos tiempos, su capacidad para saber lo que desea ver el público.
Disney se ha adaptado a un mundo en el que las mujeres no somos simples damiselas en apuros, un mundo donde no necesitamos a los príncipes para que nos salven, ni una corona para ser princesas, porque ya no nos sentimos princesas, nos sentimos reinas.
Y la lluvia goteará sembrada de la sangre de un ser humano que fue creado desde las Raíces de su campo de cantera hasta la Tierra Prometida.
Y el sol mira al mundo eterno del espíritu que respira, una raíz de lluvia, de un ser humano.