Esta extraña tarde del 23 de marzo el escritor Carlos Javier Jarquín me ha dejado un libro en mi correspondencia como quien deja una trampa, no dejó escrita ni una sola palabra más, se retiró con sigilo a sus labores periodísticas habituales. Yo intuí que él quería me acercara a este libro por alguna razón, y como me conoce de sobra, sabe que un libro sigue siendo mi regalo favorito.
El Hombre de Mayor Edad (HME), del doble de la su Joven Amigo Virtual (JAV), con nadie más hablaba de aquellos temas… o, tal vez, ¡ninguno le paraba bolas! —Ni siquiera los trato con los integrantes de mi familia, siempre atareados, por ende, sin tiempo para cruzar palabras, excepto para uno que otro favor… los cuales hago rápido y lo mejor posible para volver a mi escribidera —resopló HME al otro lado del celular.