El filósofo Parménides expresa una frase cuyo trasfondo sumerge en un análisis de trasfondo profundo: “Nada viene de la nada, o de la nada, nada proviene”, es un juego de palabras que lleva a la reflexión de reconocer que hay un principio metafísico que explica que el origen del universo tiene una causa, porque esa es precisamente la connotación de la palabra «todo lo que existe».
Y la lluvia goteará sembrada de la sangre de un ser humano que fue creado desde las Raíces de su campo de cantera hasta la Tierra Prometida.
Y el sol mira al mundo eterno del espíritu que respira, una raíz de lluvia, de un ser humano.