Aproximadamente dos de cada 20 millones de personas se ven afectadas con este mal congénito que frena el desarrollo de los nervios craneales sexto y séptimo en el feto, por lo que desde recién nacida la persona tiene dificultades para hablar, comer, oír, mover los ojos (puede presentar estrabismo) y otras partes del rostro; la mayoría de las veces tampoco puede sonreír.
La lucha de lo cotidiano
La idea de contar su historia surgió en el año 2014 cuando vivía en la Ciudad de México. Fue hasta 2021 cuando se concretó en un texto que resguarda las experiencias, tristes y felices, que tienen un matiz especial al ser detalladas por alguien que se acostumbró a vivir con una enfermedad que impide gesticular y expresar claramente sus emociones.
Cuando por fin nos encontramos en aquel Café Valdez y comenzamos a degustar, él su primer tinto americano y yo un late aderezado con canela molida, soltó sin mayores filtros esta historia, entre otras tanta que atesora y trae guardadas desde el orto del convulso s. XXI, allá en los inexpugnables calabozos de su memoria.
Historia que, desde luego, por seguridad nacional y personal de aquel egregio exfuncionario, también, de mi pellejo, hice objeto del pincel de la transfiguración literaria subcontinental para compartirla con ustedes y las futuras generaciones lectoras, de haberlas...