Actualmente habitan en el país alrededor de 2.5 millones de afrodescendientes que han sido históricamente invisibilizados. Sin embargo y a pesar del racismo sistemático ejercido durante siglos, mantienen su cultura y tradiciones vivas. Activamente buscan ser reconocidos a nivel constitucional para tener acceso a apoyos gubernamentales.
Cuando por fin nos encontramos en aquel Café Valdez y comenzamos a degustar, él su primer tinto americano y yo un late aderezado con canela molida, soltó sin mayores filtros esta historia, entre otras tanta que atesora y trae guardadas desde el orto del convulso s. XXI, allá en los inexpugnables calabozos de su memoria.
Historia que, desde luego, por seguridad nacional y personal de aquel egregio exfuncionario, también, de mi pellejo, hice objeto del pincel de la transfiguración literaria subcontinental para compartirla con ustedes y las futuras generaciones lectoras, de haberlas...