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Muchos factores atraen a alguien a la escena del baile afrolatino: el ver bailar a alguien talentoso y querer emularle, el deseo de moverse con más fluidez al compás de ritmos que capturan el oído, o los beneficios para la salud mental y física de un ejercicio que divierte. Si eres parte de la escena del baile social, o si esperas serlo algún día, probablemente escuches a alguien decir que el baile ayuda a olvidar las preocupaciones, o que genera sentimientos de pertenencia, o que permite la comunicación sin palabras. A pesar de estas percepciones positivas, mucha gente negra que baila en los Estados Unidos también se ve obligada a navegar microagresiones, estereotipos, y racismo en una comunidad que desde fuera luce cálida y acogedora.
Entrevistamos a dos personas negras afroamericanas que disfrutan del baile social en nuestra comunidad en el Triangle (Carolina del Norte), Sharita Thomas y Victor Conner, para que nos hablaran sobre la forma en que el racismo se manifiesta en la escena del baile afrolatino y sobre cómo navegan la escena como bailadores de raza negra.
Durante nuestra conversación, Sharita y Victor enfatizaron la necesidad de dar visibilidad y reconocimiento a los bailadores negros y a las parejas de baile negras. También recalcaron que personas que no son negras muchas veces hacen supuestos, consciente o inconscientemente, basados en estereotipos ofensivos, sobre la habilidad de las personas negras para ejecutar los bailes afrolatinos. Esperamos que nuestros lectores puedan reconocer el racismo envuelto en esta evidente contradicción.
Sharita discutió los desafíos de luchar en contra del deseo, muy popular entre compañías de baile, de mantener una estética basada en características blancas europeas (por ejemplo, cabello lacio y tez clara) en presentaciones y shows. Este deseo es otra contradicción evidente en la representación de la cultura afrolatina, una cultura creada predominantemente por gente negra en América Latina y en Nueva York con fuertes raíces africanas.
Ambos Sharita y Victor discutieron sobre la importancia de que artistas e instructores en la escena mantengan la integridad artística en tanto que se benefician de la monetización de la cultura afrolatina. Específicamente, instructores de baile y directores de compañías de baile deber ser honestos sobre lo que ofrecen, qué tipo de clientes buscan, y lo que realmente quieren interpretar en su baile. Sharita comentó que algunos artistas dan la impresión de tener un enfoque cultural profundo en su enseñanza de los bailes afrolatinos para beneficiarse económicamente, cuando en realidad lo que ofrecen es una réplica de lo que mejor vende. Este fenómeno resulta en una experiencia de aprendizaje que contrasta diametralmente con el baile y la cultura afrolatina. Sharita y Victor también invitaron a los instructores a incorporar elementos históricos y culturales sobre los bailes que enseñan en sus clases para prevenir la apropiación y facilitar la preservación cultural. Nuestros invitados también resaltaron la importancia de ayudar a aquellas personas que consumen esta cultura a que recuerden que ¡sin negro no hay guaguancó!
Nuestra muy instructiva conversación terminó con tres sugerencias importantes que nos hicieron Sharita y Victor para ayudar a combatir el racismo en la escena del baile afrolatino. Estas sugerencias, por supuesto, son útiles en todas las áreas de nuestras vidas. Reconociendo que la inclusividad, característica fundamental de la escena del baile social, no es suficiente para erradicar el racismo, nuestros invitados le recomiendan a las personas (1) que reconozcan la existencia del racismo, (2) que empiecen hacia adentro, practicando la escucha activa y la examinación propia, y (3) que confronten el racismo ellas mismas donde lo encuentren, sin esperar que una persona negra lo haga, pues el tener que confrontar esto cada vez que ocurre es muy exhaustivo para la gente negra.
Si hablas inglés, puedes aprender más sobre Sharita y Victor como bailadores en la escena del baile afrolatino escuchando el episodio completo aquí: