Uno de cada tres habitantes del planeta vive bajo una dictadura o para ser mas específico si cabe, 2.000 millones de ciudadanos en todo el mundo y si se cuenta por países en 55 .
¿Dónde han quedado esos tiempos del 68 en los que la palabra LIBERTAD y DEMOCRACIA eran la bandera del mundo?.
Ahora hasta los mismos gobiernos emplean, gracias a la riqueza del castellano, diferentes términos para no referirse a ella, desde “países no democráticos”, pasando por “países de dudosa calidad democrática” y un extenso sin fin de expresiones similares.
No entiendo, bueno si, pero me niego a comprender tal actitud. Muchos alegarán cientos de razones, no sólo coherentes, sino justificativas de tales acciones pero lo cierto es que no es más que una vil cobardía y la más obscena imagen de hipocresía a niveles de gobiernos en un mundo global y , supuestamente, solidario. ¿Acaso aquellos que nos representan son tan cobardes, tan oportunistas y tienen tan pocas , no sólo entraña, sino valentía para reconocerlo? Si es así ¿Que se puede espera de ellos? Tanto si están gobernando, o bien si su “ trabajo” , lo hacen desde las diferentes oposiciones.
No olvidemos que desde que en la Revolución Francesa, los ciudadanos se levantaron clamorosos con el lema “LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD”, fue un antes y un después en la historia.
No ignoremos el poder de la palabra que puede derribar los muros más gruesos y fortificados de las diferentes “prisiones” y su capacidad para transformar el mundo y mejorarlo, y eso quiero que hoy sean ellas, las armas para golpear sin piedad todas aquellas conciencias adormecidas, algunas aburguesadas y paralizadas.
Busco ciertamente no sólo denunciar esta cobardía, sino provocar en lo más profundo de la esencia del ser humano para que reaccione y de una vez por todas retomemos ese espíritu que una vez en 1968 en el mundo removió sus cimientos y que ahora es preciso resucitar y si ahora los que nos representan en este mundo global, sean nuestras conciencias y nuestras acciones de protesta , desde la legalidad y con todas nuestras posibilidades, para no sólo hacerles ver su error, sino hacer que dejen esos puestos de tanta responsabilidad que son incapaces o al menos no se merecen ocupar.
Es el momento de una vez por todas que en este mundo global se termine con la mediocridad y que aquellos que nos representen y que nos defiendan como ciudadanos, en el mundo sean lo que tienen que ser, defensores de la verdad , de la libertad y verdaderos políticos con el valor de defender , el mejor sistema que hasta ahora ha existido, aunque no sea perfecto como es la democracia.
Este artículo, no habla de colores, ni de partidos y lo escribo de forma global. Soy consciente que seré criticado por muchos, pero ya lo he comentado anteriormente; no busco palabras complacientes sino provocar y como efecto la reacción de los sedados en esta sociedad que tantos adelantos nos ofrece.
Y retomando la bandera de la “LIBERTAD, FRATERNIDAD E IGUALDAD” le añado la palabra “VALENTIA”, de palabra y obra .
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