Cinco minutos de tiempo

Cinco minutos de tiempo, dicen los expertos, es lo que necesita el cuerpo para descansar y seguir corriendo tras el tiempo.

Mientras los holísticos pregonan a los cuatro vientos. Si el universo entero se esmera por armonizar tu día, porque permitir que la tristeza amedrente tu vida. Cinco minutos es suficiente para respirar y sanar eso que te lastima.

Por lo tanto la iglesia, quién es mi cimiento, mi estandarte. Me martiriza diciendo, que la depresión es mentira, no es cierto. Cinco minutos de oración constante, es suficiente para salvar mi vida.

Lo único cierto, es todos coinciden que cinco de minutos de tiempo es suficiente para escuchar esas palabras positivas que tienen el mismo efecto cuál bálsamo en la piel, humectar, perfumar y relajar el tu vida.

Cinco minutos, tan extensos y extremadamente lentos. El tiempo se detiene cuando guardas silencio y miras hacia tus adentros. Las palabras viajan por tu cerebro y reaccionan en tu cuerpo como ese medicamento que te lleva a otra dimensión y tiempo. Palabras bellas pero efímeras, que al pasar su efecto, dejan el alma enferma, vacía.

Lo malo de guardar silencio, es esas voces malignas de aquellos que me odian, me juzgan, me castigan, sé filtran.

Una lagrima corre por mis mejillas y el olor de tristeza de Mayo, cuando de niña lloraba en el campo, me abrazan, me dominan. Cinco minutos de tiempo y la fuerza de cuerpo desfallece, me tortura.

Que se vayan muy lejos los expertos, los holísticos, las religiones. Cualquier momento es suficiente para admirar el cielo, para apreciar las cicatrices que dejo el tiempo en nuestro cuerpo, para escuchar palabras con la fuerza suficiente para resuene el eco y despierte nuestra alma que se durmió con la esperanza de creer que todo pasa.

Cinco minutos de tu tiempo, son suficientes para tomar la mejor o la peor decisión de tu vida. Respira, confía en tus adentros, sonríe a la vida.

En efecto todo pasa, acepta los retos, pues ellos son parte del crecimiento de nuestra vida.