Cuando fui convidada a participar en esta convocatoria, con beneplácito observé que esta iniciativa data desde Barcelona España, el motivo principal alude al nombre de «Frida», quien es un ícono representativo del arte pictórico de México.
Basta escribir su nombre en el buscador de Google, para que la información llegue al instante; son muchos los historiadores que han incursionado en su tormentosa y excitante vida, en la interpretación de su obra, en el reconocimiento de las grandes personalidades que aparecen en su contexto inmediato y en el impacto y trascendencia en la teoría de género.
La investidura de Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, (1907-1954), ha llegado a la pantalla grande en tres ocasiones, con distintas actrices que la interpretan, así como las diferentes perspectivas que el director de cine ha dado a su historia.
La actriz Ofelia Medina interpreta de forma magistral su papel en 1983, presentado fragmentos de vida, obra y muerte; los eventos políticos, sociales, culturales y contextuales de su tiempo, personajes importantes y el sufrimiento lacerante que fue su compañero desde que la polio aparece a muy temprana edad y se convierte en su compañero permanente a partir del accidente automovilístico sufrido en (1925), mismo que marca un antes y un después en su trayectoria biográfica; dolor y frustración que se capta con su pincel y lo refleja en los autorretratos.
Salma Hayek, actriz mexicana, representa en el año 2002 una cronología lineal de su vida, con un toque realístico impresionante ya que se filmó en los escenarios reales como el Museo de artes de la Casa azul de Coyoacán.
Existe también un documental filmado en el 2005 para la cadena PBS América, «Public Broadcasting Service» (Servicio Público de Radiofusión) basado en testimonios cuyas voces rescatan la esencia misma de su historia a través de la subjetividad de cada persona participante.
Autora de 150 obras, principalmente autorretratos, ella no se identificaba como surrealista, porque decía no dedicarse a pintar sueños, sino su propia vida.
Las enfermedades que le aquejaron desde niña es reflejada en sus obras, retratan la soledad y sufrimiento; sus amores tormentosos con su esposo, el muralista Mexicano Diego Rivera, el deseo de convertirse en madre, sus embarazos truncos, infidelidades y una vida azarosa, enmarcan su producción artística.
Rescata la esencia del folklore y costumbres mexicanas donde predominan el lenguaje del dibujo y el color.
Hay poemas y cartas escritas por su mano, su obra maestra en el campo literario es un diario donde combina trazos, imágenes, color y escritos donde plasma sus vivencias y emociones que estaba experimentando, especialmente en sus largos periodos que pasó postrada en cama.
Volviendo al inicio del escrito, Las Fridas descalzas, la huella de nuestros pies” es un proyecto que da cabida a las poetas que deseen expresarse en el marco del día internacional de la mujer.
Presento el poema con el cual participé.
Mis huellas en el camino
Soy producto de la fusión del tiempo y de la historia
el soplo del grito ahogado
en los mares y en los ecos de montañas
Soy el ama de casa
hija, amiga, madre, abuela,
hermana, profesionista, artesana
la que lucha cada día
por una vida más plena,
más justa, más humana
¡Soy mujer!
¡Soy especial!
un ser único y excepcional
Soy parte de la fusión del tiempo,
del contexto
un cuerpo lastimado
y a veces flagelado por dolencias
a veces, un orgullo quebrantado
un amor y dignidad pisoteada
Encuentro caminos fragmentados
resbaladizos y quebrados
quizá una voz callada
con frutos muertos antes de madurar
Enfermedades que han silenciado los pasos
que han enmudecido los pies
pero, siempre florece la conciencia reflexiva
esa que da luz propia
y alas para volar