“¡En unos minutos dará inicio el concurso del nacho más rico de Piedras Negras!”, dice una voz a todo volumen.
—¡Papá, vamos a ver!
—Claro Emilia, pero, se van a tardar un ratito en que estén listos.
—Que importa, yo quiero ver como los hacen. Me gustan muchos los nachos.
—Lo sé hija, siempre quieres que te compre en el cine y por eso este año vinimos al Festival del Nacho.
—Papi, ¿por qué hacen este festival aquí? Si venden nachos en todas partes.
—Es una historia muy peculiar. Se cuenta que por el año de 1943, en plena Guerra Mundial, unas señoras, esposas de mi- litares, cruzaron la frontera y entraron al restaurante Club Victoria, de aquí, de Piedras Negras, Coahuila. Como era muy temprano y todavía no había nada listo, el jefe de me- seros, Ignacio Anaya, fue a la cocina y vio unas tortillas fritas cortadas en forma de triángulo y queso amarillo rayado. Así que le ocurrió que estaría bien esparcir el queso encima de las tortillas, poner unas rajitas de chile jalapeño y meter todo al horno.
—Entonces se inventaron hace mucho tiempo. Pero, ¿por qué se llaman Nachos?
—No se sabe bien cómo surgió el nombre. Algunos dicen que aquellas mujeres, fascinadas con el platillo, pregun- taron cómo se llamaba. Y que Ignacio, sencillo como era, respondió que no sabía; así que las comensales tuvieron la gran idea de bautizar aquella botana color naranja como “Nacho’s Special” en honor al mesero. Otros cuentan que fue el propio don Ignacio, quien, haciendo alarde de su creatividad, les dijo: “Se llama Nacho’s Special”. Vaya uno a saber. Pero de que son ricos, son muy ricos.
—Si, a mí me gustan mucho. Solo no me gustan con chile porque pica.
“Busquen sus asientos, en unos minutos comenzará el con- curso del nacho más rico de Piedras Negras”, vuelven a escu- char desde el altavoz.
—Ándale papá, vamos a sentarnos para alcanzar a ver.
—Si Emilia, vamos a buscar un buen lugar.
—Papá, cuando se acabe el concurso me compras nachos. —Claro que sí hija, ¡vinimos a probar todos los nachos que quieras! —Oye, papá, ¿los nachos solo llevan queso y chiles?
— La receta original era solo con queso y chiles, pero luego las personas les empezaron a agregar frijoles refritos, gua- camole, tocino, chorizo, carne asada y todos los ingredientes que te puedes imaginar.
—¡Ay qué rico! Se me antojaron.
—Si hija, son una botana muy rica, que todos hemos proba- do. Los venden en todos lados. Es una receta que se adapta a los ingredientes y costumbres de las personas de todo el mundo. Y lo mejor es que nació aquí, en Piedras Negras. Por eso, para celebrarlo, instituyeron el Día Internacional del Nacho, que se celebra cada 21 de octubre.
—Guau papá, por eso podemos comerlos donde vivimos.
—Así es hija.
—Los nachos son mi botana favorita.
—Ay Emilia, a ti te encanta comer.
—Si, papi. Voy a aprender a hacer los nachos más ricos para invitar a mis amigos.
—Ya veremos hija, ya veremos…
Laura Puentes