Al principio los niños pueden confundirse, pero se ponen al día rápidamente.
¿Sería buena idea enseñarle dos idiomas a un niño al mismo tiempo o hará más lento su proceso de desarrollo del lenguaje? Me preocupa que sea confuso para mi hijo.
Esta es una gran pregunta que recibo constantemente de los padres. Sí, es recomendable que le enseñe a su hijo una segunda lengua si lo puede hacer. Las investigaciones apoyan de forma contundente la enseñanza de las segundas lenguas desde la infancia, porque, como sabemos, es más difícil aprender un segundo idioma a medida que crecemos. Pero cuando los niños son muy pequeños, desde el nacimiento hasta los tres años, están perfectamente preparados para recibir nueva información. Por supuesto, siempre se puede aprender un segundo lenguaje más tarde, pero requiere más tiempo y es más difícil.
Es cierto que los niños pueden confundirse un poco al principio, cuando hay dos denominaciones diferentes para las cosas, o cuando necesitan utilizar diferentes idiomas para hablar con gente distinta. Puede ser normal que los niños que aprenden más de una lengua experimenten lo que se conoce como la “interferencia”, cuando la gramática y la estructura de una lengua afectan la gramática de la otra lengua que están aprendiendo, lo que provoca errores de gramática. No se trata de un trastorno lingüístico, sino de una parte normal del aprendizaje de dos lenguas. Los niños también pueden pasar por un periodo de silencio cuando adquieren una segunda lengua, que se produce cuando se centran en escuchar y comprender la nueva lengua. Esto puede durar desde unas semanas hasta un año, dependiendo de la edad del niño. Estas cosas se solucionan por sí solas. Un niño puede tardar entre cinco y siete años en dominar el lenguaje académico, aunque sea un buen usuario de la segunda lengua en las situaciones sociales y la conversación. Sin embargo, una ventaja de saber dos idiomas es que los niños bilingües son capaces de pensar con un poco más de flexibilidad porque pueden cambiar entre una lengua y la otra, algo que se conoce como “cambio de código”.
Por último, es importante que emplee la lengua con la que se sienta más cómodo al hablar e interactuar con su hijo pequeño. Si se le da mejor hablar en español o en otro idioma que no sea el inglés, no tenga miedo de utilizarlo. Cuando se comunique en el idioma con el que está más familiarizado, estará dándole a su hijo los modelos lingüísticos más claros y relevantes que podrá seguir: le estará ofreciendo el marco lingüístico y los conceptos que lo acompañarán en todos los idiomas que hable.
Rachel Cortese, MS, CCC-SLP
Speech-Language Therapist