Gracias a iniciativa de El Centro Hispano
Raleigh.- Un grupo de artesanos latinos del área de Triángulo forman parte de una iniciativa creada por El Centro Hispano que tiene dos propósitos: ayudar en la economía de las familias afectadas por el COVID-19 y brindar a la comunidad mascarillas caseras con estándares requeridos por las autoridades de salud.
Esta sinergía se sostiene en la creatividad, habilidad, apoyo mutuo y empeño de 15 personas, en su mayoría mujeres, quienes han encontrado en la confesión de tapabocas una oportunidad paras sostener a sus familias.
El primer paso
Como toda nuevo proyecto, siempre hay un punto de partida. Y en este caso, fue El Centro Hispano.
“Cuando comenzamos a ver la necesidad de mascarillas en la comunidad, también vi que personas que yo conocía estaban haciendo tapabocas”, recuerda Pilar Rocha-Goldberg, directora ejecutiva de la organización sin fines de lucro. “Decidimos con el equipo de El Centro Hispano ayudar a aquellas personas que está buscando formas de llevar dinero a sus casas en esta época y a la vez, dar mascarillas a la comunidad”.
El primer movimiento que hicieron fue colocar un aviso en su cuenta de Facebook a mediados del mes de mayo. “Así logramos contactar 15 personas en las diferentes ciudades”, dice Rocha en una conversación con Qué Pasa vía zoom donde también participaron varios artesanos.
La estrategia de la organización fue hacer un pedido de compra a este grupo. “A cada uno le pedimos cien mascarillas… así fue como comenzó”.
Antes, los artesanos mandaron fotos y videos de sus confecciones. Además dieron muestra de una responsabilidad al investigar sobre que insumos usar para cumplir con los requerimientos de los CDC.
Cinco historias de éxito
Al principio Olivia Moreno, quien vive en Carrboro, tuvo el impuso de proteger a quienes viven con ella. “Sabia que las mascarillas de farmacia se iba a escasear y lo primero que pensé fue en mis hijos y mi ‘roommate’ que no tenían manera de protegerse”, recuerda.
Sus primeros insumos fueron camisas nuevas y sin usar. “Algunas amigas me decían que estaban bien hecha y me fueron pidiendo”.
Pero el problema es que Olivia no tenía máquina de coser. “Las primeras las hice a mano hasta que la señora Angélica (otra artesana del grupo) me prestó una máquina”, dice. “Luego vino la oportunidad de El Centro Hispano que fue una bendición”.
Olivia es sobreviviente de cáncer y nadie mejor que ella sabe lo que es luchar para sobrevivir.
Para Claudia Urrego, quien reside en Raleigh, pensar en hacer mascarillas fue algo más natural puesto que ella es especialista en diseño de modas.
“Yo coso desde que tengo uso de razón. Cuando comenzó la pandemia y la necesidad de usar mascarillas, empecé a ver fotos el impacto ambiental del desecho de las mascarillas y guantes… comencé a pensar qué podía hacer”.
Su primer pedido fue de un amigo que necesitaba tapabocas para protegerse en el trabajo. Así comenzó todo. Hasta ahora ha confeccionado 2,000 mascarillas de tela.
Antes de la pandemia, Angélica Moreno de vez en cuando hacía algunos arreglos de ropa a conocidos. Su ingreso mayor era el sueldo que recibía en un restaurante de Durham el cual se vio obligado a cerrar sus puertas en marzo.
“Una amiga que trabaja en UNC me dijo que quería varias mascarillas para ellas y sus compañeras. Tuve que pedirle las telas e hice muchas… así que pensé que si ellas estaban ocupando también lo harían otras personas”.
Es así como esta madre inmigrante comenzó a leer que necesitaba para hacer cubreboca que realmente protegieran contra el nuevo coronavirus.
“Nunca pensé que podía ser una fuente de ingreso en estos momento”, dice tras recordar que fue Olivia quien la llevó a inscribirse a la iniciativa de El Centro Hispano. “Cuando nos dijeron que nos iban a comprar fue una gran bendición”.
Si bien Claudia María Pereira había puesto en práctica muchas veces su habilidades manuales al ser maestra de jardín de infantes, no había tocado antes una máquina de coser pero quería tener un cubreboca que no asustara a sus pequeños estudiantes. Le tocó aprender por Youtube las técnicas. Con un proceso de error y acierto, finalmente su destreza y creatividad se hicieron evidentes.
Al cerrar las escuelas, esta inmigrante colombiana también dejó de percibir ingresos con los cuales ayuda a su madre en Colombia.
“Todos los hispanos somos recursivos así que me puse a pensar qué puedo hacer y me puse a trabajar (con los tapabocas)”.
Nancy y Humberto Trejos son esposos y forman un sólido equipo en esta nueva aventura. Ella confecciona las mascarilla y él es “manager y representante de ventas”.
“Mis compañeras de trabajo que sabían que hacer confección era mi extra me decían: “por qué no hace mascarillas y no pensé que se iban a necesitar tanto, pero comenzaron a pedirme”.
Humberto por su parte, se encarga de promocionarlas y ha creado una página en Facebook para compartir los diseños.
“Me comentaron lo que estaba haciendo El Centro Hispano y rápidamente me comuniqué con ellos y me dieron la bienvenida…”, cuenta Humberto quien estuvo sin trabajo por más de cuatro meses primero debido al COVID y después por una operación a la que fue sometido.
Retos y profesionalismo
Todos aseguran que se enfrentaron a la escasez de material, pero lograron conseguir en línea lo que necesitaban y crearon sus propios patrones. Algunos confeccionan a pedido diseños especiales, otros hacer tallas pensando en todo tipo de rostro y en los niños.
En ellos no hay competencia sino colaboración y eso lo evidenciaron durante la conversación con Qué Pasa.
Rocha-Goldberg destaca con orgullo que todos quienes forman parte de este grupo se han esmerado no solo por hacer diseños creativos, sino también porque el producto sea de alta calidad.
El Centro Hispano ha logrado que la información de los artesanos que vive en Durham sean colocados en la página web de la ciudad. Espera en un futuro cercano conseguir la misma alianza con la Ciudad de Raleigh y otras más.
Esta organización ha realizado un segundo pedido de mascarillas a este grupo, el cual después son repartidos de manera gratuita a la comunidad hispana junto con información sobre el uso adecuado de las mascarillas.
Claudia Urrego afirma que el hecho de confeccionar tapabocas no solo es aprovechar la oportunidad sino colaborar con que más personas no se contagien.
Esta iniciativa puede ser el inicio de un proyecto mayor de impulso a los pequeños negocios basado en la colaboración mutua.
¿Quiere ser parte del grupo?
Si desea tener más información de esta iniciativa llame a El Centro Hispano a sus oficinas ubicadas en:
Durham
2000 Chapel Hill Road, Suite 26A, Durham, NC, 27707
(919) 687-4635
Chapel Hill/Carrboro
201 West Weaver Street Carrboro, NC 27510
(919) 945-0132
Raleigh
421 Chapanoke Rd, Suite 156, Raleigh, NC 27603
(984) 208-2158
Si desea comprar
Si usted quiere apoyar a este grupo de artesanos puede hacer sus pedidos. A continuación la información de cada uno ellos:
Durham
Humberto Trejo (919) 641-8466
Angélica Moreno Ventura
(919) 407-3492
María Hernández (919) 599-9033
Renato Romero (919) 593-0604
Mary Arias (919) 522-6942
Sandra Molina (984) 244-8045
Francisca Campos (919) 236-5064
Marcela Brindis (919) 672-8129
Claudia Pereira (336) 501-7668
Guadalupe Martinez (919) 672-9098
Raleigh
Claudia Urrego (904) 502-1697 Facebook: @claudiaelenaup
Orlando Ortiz (252) 326-6415
Cary
Sharon Muñoz (917) 698-1594
Chapel Hill / Carrboro
Olivia Moreno (919) 593-0784